Hace casi 17 años, nació lo que llamo, mi segundo alumbramiento, no de hijos, una Bendición que no tuve, sino de proyecto, entonces, eché a caminar mi segundo CENDI, todo fueron carreras, desde la colocación de la primera piedra, hasta ponerlo en funcionamiento, y tiempo atravesando los años salieron de ahí muchos chicos que entraron desde Lactantes A y B, los fundadores, y a los demás, casi 500, sumándolos por generaciones, a ellos les dábamos un diploma por estar toda su Educación Inicial en el CENDI, muchas alegrías, algunos sinsabores, pero siempre con esta profesión, de Maestra, muchas satisfacciones.
De entre todas las generaciones tanto de niños, quienes junto con sus padres pasaron por el CENDI, también de trabajadores, ellos giraban mas, tengo en mi recuerdo, una sensación como de que la velocidad con que pasaban los años era rapidísima pero a la vez muy lenta, es contradictorio, pero así se ve a la distancia.
El miércoles 25 de junio, pasado, puse mis pies en un edificio que hoy está en verdaderas ruinas, aun así lo están remozando para que sea lo que fue, un CENDI, en ese lugar donde antes se oían las bulliciosas risas de 200 niños, cada ciclo escolar, descubriendo el mundo apenas y 90 adultos, ahí durante casi 15 años, desde la primera piedra, pasando por los conflictos laborales, muchos ciclos escolares dieron rienda suelta a tantos niños y niñas, maestras, y personal administrativo y manual, fue un tiempo feliz, con una que otra agitación, en fin. Al regresar de vacaciones del mes de Agosto 04. las puertas se cerraron.
De ese sitio salí para jubilarme.
Desde el año 1991 al 2004 trabajé ahí, dirigiéndolo, coordinándolo, en medio de grandes sorpresas y regocijos, también de problemas y grillas, que en su momento se resolvían, algunas dejaban huella, otras, las más, alegrías que tristezas.
Mis pasos recorrieron el edificio, 4 años cerrado, hoy abierto para comenzar de nuevo, viajé entonces a través del edificio, abajo, los pasillos de Maternales y Preescolares, comedores, cocina, y servicios, arriba Lactantes y oficinas, azotea, donde unas “higiénicas” muy trabajadoras ponen todo su empeño en dejar limpio este gran espacio Educativo, guiadas por las sabias indicaciones de la Tocaya.
Y así entre vidrios rotos, plafón tirado, muebles sucios, animales por doquier, humedades en el piso, pasto que más bien parece selva, una vez cortado aparecieron las múltiples botellas de alcohol que los vándalos que lo atracaron, dejaron detrás. Ahí donde antes rodaban los niños felices, y seguros, en su jardín que los mismos niños cuidaban, en el ágora, antes espacio de cultura y civismo hoy lleno de garffitis por todos lados, oficinas destruidas, arenero vacio, se tuvo que tirar el arena estaba llena de vidrios y suciedades, el chapoteadero, era antes un espacio de relajación ahora es caldo de bichos acuáticos.
12 años de sueños, de algarabía, de travesuras, de conflictos, de encanto, de chiquilladas, de embrollos, de ilusiones, de caminar y descansar, de mucho….
12 salones con los muebles arrancados, juguetes sucios, material incompleto, árboles secos, pasto crecido, o creciendo como a lo loco, sin forma, sin freno, y lo peor de todo sin riego cariñoso de nadie. Esperando a los niños y maestras, otra vez.
12 oficinas abandonadas, sin nada para trabajar, ahí donde tantas cosas se planearon, se llevaron a cabo, donde celebrábamos los cumpleaños de cada uno de los que trabajábamos ahí. Los muebles como mudos testigos, esperando otros niños, otro personal, para realizar las labores propias de un CENDI.
Pues por ahí pasaron mis pies, mis ojos, rociados por una que otra lagrima, recordando muchísimas cosas bellas, hasta los problemas, en fin, un ciclo cerrado, cuando menos para mí!!!!!!
magic08